domingo, enero 10, 2016







Tengo unos pies perfectos,
María Solar - Gusti,
Kalandraka, 2015.

Tengo unos pies perfectos es un libro distinto y singular. Su autora, María Solar, logra una muy buena combinación entre imaginación y erudición. A menudo, comentamos que los libros destinados al público infantil no han de tener, necesariamente, ningún valor formativo porque puede orientarse hacia lo lúdico, hacia el mero placer de leer. Pues bien, en Tengo unos pies perfectos no solo hay humor, juego e ironía sino que, además, aparece el apartado formativo, enciclopédico, podríamos decir y todo sin perder para nada el hilo narrativo ni la emoción de la lectura.
¿Cómo lo logra? Es una cuestión de pies, podríamos decir. Melchor Sabidillo es un niño muy listo, como indica su apellido; así que no duda en presentarse al concurso "En busca del niño más listo". Sus competidores son extraordinarios, como él, aunque Melchor tiene la autoestima muy alta hasta que ve el tema que le ha tocado: "Los pies". ¿Los pies?, se preguntará el lector. ¿Los pies?, se desespera Melchos. ¿Qué podemos decir de los pies? Más aún, ¿qué sabemos de los pies? Su madre es quien le ayuda a superar el desánimo cuando le entrega un libro que se titula, cómo no, Tengo unos pies perfectos. Y allí comienza la lectura apasionante, para Melchor y para el lector, acerca de los pies, de sus particularidades, sus tipos, su composición y, en suma, su gran importancia. Cuando se termina el libro, Melchor está en disposición de participar en el concurso que, por supuesto, gana, aunque él se muestra humilde porque dice que "hay que andar con los ojos muy abiertos para fijarse en todo lo que tenemos alrededor".
La lección que nos da Melchor está muy clara. A veces, nos fijamos en los grandes conceptos, en las grandes historias y dejamos de prestar atención a lo inmenidato y cotidiano que es, acaso, más importante para nosotros porque nos acompaña día a día.
El libro tiene una estructura muy bien elaborada porque hay un libro dentro del otro y no son solo palabras, sino que, tipográficamente, se observa este aspecto. Por un lado la historia de superación de Melchor y, por el otro, el libro acerca de los pies. Ahora bien, hay que decir que la erudición de este último está al alcance de todos porque no acude a términos aburridos ni solemnes, sino que explica, de manera clara y divertida, el fascinante mundo de los pies con lo cual se demuestra, una vez más, que se puede aprender de forma positiva. Eso no quiere decir, por supuesto, que la información que nos ofrece María Solar no esté bien documentada; al contrario, en este libro aparecen todos los secretos de los pies, por así decirlo, al descubierto.
Gusti, por su parte, ilustra el texto y se ajusta también a los dos libros. Así, recrea el mundo de Melchor, pero, cuando se centra en el libro, acude a imágenes más esquemáticas, más planas y con menos color, propias de un texto erudito, aunque son continuos los guiños al lector y las notas de humor.
Tengo unos pies perfectos es el libro ideal para mentes curiosas, niños o adultos, y para todos aquellos que creen que les queda mucho por descubrir. Acaso, es el libro ideal para todos. ¿Cómo son vuestros pies? ¿Os lo habéis mirado con atención? Pues venga, venga, ánimo, no perdáis tiempo que Melchor os va a prestar su libro, pero eso sí, hay que leerlo con los pies descalzos, experimentando en uno mismo.

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