sábado, noviembre 22, 2014






Ícaro,
Federico Delicado,
Kalandraka, 2014.

Ícaro es un libro con una carga emocional amplia y, hasta cierto punto, complicada. Su autor, Federico Delicado se dirige a un lector inteligente, libre y despierto, no a un lector sometido a los estereotipos que marca la sociedad. Por eso es un libro que puede sorprendrer, que puede irritar, incluso, ya que, a menudo, lo que es diferente, se rechaza y se cuestiona.
El protagonista de Ícaro es un niño que está en un centro de acogida, aunque él sabe muy bien de dónde viene y a dónde va. Son los demás los que se obstinan en tratar de ordenarle la vida, en dar respuestas manidas a unas preguntas difíciles de contestar. Lo que no entiende, se rechaza, se soslaya, se ignora.
Federico Delicado muestra dos líneas narrativas y, a la vez, dos tipos de ilustración. Por un lado, el relato luminoso de la transformación de los padres del niño en pájaros y su deseo de volver a buscarlo cuando a él le ocurriese lo mismo. Por otro lado, los asistentes sociales empeñados de creer que todo es fruto de la confusión y de una cierta enajenación mental porque... ¿cómo va a ser cierto lo que el niño cuenta? ¿Cómo pueden ser pájaros sus padres? ¿Cómo él mismo niño puede tener unas señales en la espalda? Como las respuestas son incómodas, se prefiere lo manido, lo trillado, lo cómodo.
Ícaro es un libro metafórico que ahonda en la voluntad personal, que señala que se puede romper con los tópicos y que apuesta por la libertad. En este caso, la libertad de poder volar o, en definitiva, la libertad de que cada uno escoja cómo quiere vivir.
El texto es también un homenaje a Kafka (un personaje, la tía Gregoria, sufre una transformación semejante a Gregorio Samsa); es también una evocación del mito de Ícaro, de ahí el título; aunque en este caso, el joven no ve truncado su sueño y acaba volando o eso es lo que desea el lector con todas sus fuerzas.
 Ícaro ha obtenido el VII Premio Internacional Compostela por álbumes ilustrados. Y no nos extraña lo más mínimo. Las ilustraciones de Federico Delicado son potentes, inquietantes y también conmovedoras. Son imágenes que acompañan al texto y que ofrecen tonos apagados o colores vivos, de acuerdo al relato. Relato e imágenes también sufren una metamorfosis y se fusionan a la perfección ya que ni el texto pierde interés ni la imagen se queda rezagada.
El texto va destinado a los lectores desde 8 años, aunque, como solemos decir, cualquier lector va a disfrutarlo. Aunque quizá no sea así, porque no lo etenderá "cualquier lector", sino solo aquel que crea en los sueños, en la libertad, aquel que acepte las diferencias y que permita que los demás sigan su propio camino, sin imposiciones de ningún tipo. A ese lector, tan necesario, va destinado Ícaro.

2 comentarios:

  1. Excelente post! Yo superé mi miedo a volar para poder volar durante mi luna de miel. Hicimos un hermoso viaje a Puerto Vallarta y lo disfruté muchisimo.
    No dejes de actualizar tu blg. Esta muy bueno.
    Saludos y gracias.

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