lunes, julio 28, 2014

El túnel
Anthony Browne,
Fondo de Cultura Económica, México, 1993.

El túnel es un clásico infantil contemporáneo. Con cada lectura, cobra una  nueva dimensión. Podríamos decir que el tema principal es el de las relaciones entre hermanos, a veces complicadas porque intervienen factores emocionales. En esta caso Juan y Rosa no se llevan muy bien, además tienen gustos muy distintos. Mientras que a Rosa le gusta leer y se una niña más bien contemplativa, a Juan le gusta la acción y, a veces, parece gozar asustando a su hermana. Tanto es así que su madre decide que pasen un día juntos a ver si así aprenden a conocerse. Y aquí empieza la historia y la aventura personal de estos dos hermanos.
Podríamos decir que El túnel contiene ingredientes del cuento de hadas aunque le da un enfoque actual. Para empezar los dos hermanos podrían vivir en cualquier lugar. No obstante, las pruebas que pasan (el túnel y lo que es espera después) sí son propios de los cuentos de hadas (un bosque peligroso, sombras que acechan, el niño convertido en estatua de piedra...). Ahora bien, no hay nada que no pueda el amor o el cariño. Rosa se conmueve al ver a su hermano convertido en estatua y, gracias a sus lágrimas, le devuelve la vida. Para Juan hay una segunda oportunidad que no siempre se da en la vida real ni en las historias escritas (o si no que se lo pregunten a la mujer de Lot).
El túnel es, en definitiva, un viaje iniciático que permite que los dos hermanos refuercen sus lazos afectivos y aprendan a conocerse. Viene a decir que, para quererse, no hace falta ser iguales ni disfrutar con las mismas cosas. Es posible amar y ser libre.
Las ilustraciones son imprescindibles para entender la historia y aportan esa nota de magia, de inquietud y de enigma. Porque el lector o lectora observador verá, agazapados entre los árboles, a criaturas de los cuentos como puede ser el lobo. Además entenderá muy bien las emociones porque los primeros planos abundan y no escatiman los detalles al respecto.
El túnel sigue siendo un libro de referencia para los primeros lectores y aún los más consolidados. Un libro que permite un intercambio de sentimientos y emociones entre lector y personajes. Un libro que ayuda a crecer. 

jueves, julio 10, 2014

¿Dónde está mi zapato?,

Tomi Ungerer,

kalandraka, 2014.


Al principio, ¿Dónde está mi zapato? desconcierta un poco a los niños. Apenas hay texto y parece que el protagonista del cuento, un niño que busca su zapato, te tome el pelo. ¿Eso parece?
Tomi Ungerer apuesta por un lector observador y curioso, que no tema a las novedades y que sepa entender más allá de lo escrito. Tomi Ungerer apuesta, ni más ni menos, por un niño. Un niño, un primer lector o quizá pre-lector, tiene la imaginación intacta y la capacidad de sorpresa a punto como para entrar en el juego que le plantea Ungerer.
El libro se publicó hace 50 años, lo cual corrobora que la originalidad y el buen trabajo no tienen fecha de caducidad. por fortuna.
Cada página del libro es un festín para la mirada. El lector o, mejor dicho, el observador, va pasando páginas y descubriendo el famoso zapato perdido en los sitios más inverosímiles (en el pico de unas aves, en los bigotes de un militar, en el hocico de un cerdo, en la chimenea del tren...). El ojo se va adiestrando y va captando matices que, en un primer momento no vio y va aprendiendo el difícil arte de la observación. Los colores empleados son los básicos; rojo, verde, amarillo, negro, marrón, azul...


Tomi Ungerer acude al recurso del camuflaje para decirnos que la vida está llena de grandes aventuras: solo hay que saber mirar a nuestro alrededor y, al final, después de un proceso lúdico y festivo, encontraremos lo que buscamos. ¡Ah!... y en un periquete.
Nos parece excelente la publicación  de Kalandraka de este clásico de la literatura infantil que, como ya se ha dicho, no ha perdido ni un ápice de actualidad.
¿Quién se resiste a buscar el zapato?

miércoles, julio 09, 2014

12 poemas de Federico García Lorca,
Ilustrados por Gabriel Pacheco
Kalandraka, 2014

La poesía está hecha para soñar. La poesía permanece en el tiempo y atrapa por igual a grandes y a pequeños. Solo hay que encontrar el camino que nos lleve a ella. Federico García Lorca no escribió especialmente para niños, aunque si lo hizo con gran sensibilidad. El poeta sintió desde siempre gran atracción por la canción popular. Esa canción que hunde sus raíces en el tiempo y de la que se nutre la poesía infantil. Porque, desde siempre, los niños han cantado, han soñado, han llorado y han imaginado en verso... aunque nadie les dijese que era verso. Lo más importante de la vida, a menudo, carece de nombre y, por eso, nos pasa desapercibido.
Aquellos que tengan la suerte de tener entre sus manos este precioso álbum ilustrado entenderán que la poesía y la ilustración son dos poderosas herramientas para hacer que el ovillo mágico de la imaginación infantil empiece a dar vueltas.
Antonio Rubio y Manuela Rodríguez seleccionan doce poemas de García Lorca ("El lagarto está llorando", "Cancioncilla sevillana", "Mariposa", "La tarara", "Vals en las ramas", "Los reyes de la baraja", "Escuela", "El niño mudo", "Caracola", "Paisaje" y "Despedida") y no los presentan en este orden por casualidad sino que, a la manera del poeta andaluz, desvelan un paisaje anímico potente. Desde los versos iniciales "Mamá, yo quiero ser plata", hasta los finales ("¡Si muero / dejad el balcón abierto!"), Federico García Lorca ha pulsado todos los resortes del sentimiento y de las relaciones personales para acabar dibujándose a sí mismo, envuelto entre la tristeza de los lagartos viejos, la soledad de la tarara y la necesidad de encontrar su voz, como le ocurre al niño mudo. Ahora bien, sin olvidar el color, el baile, la luz y lo efímero de la belleza: "Mariposa, ¿estás ahí?".
Son poemas nostálgicos, traspasados de ternura que Gabriel Pacheco, el ilustrador, ha sabido entender mucho mejor que nadie. Las ilustraciones de Pacheco son verdaderas metáforas visuales, cada poema permite al lector asomarse a un mundo especial en el que el sueño, las figuras estilizadas, los colores azulados, grises y blancos.. son esenciales.
12 poemas de Federico García Lorca es un libro para leer a los niños, para leer y disfrutar con los niños, pero también para paladear a solas, niños o pequeños. Cada verso, cada imagen poética, cada ilustración permiten que se multiplique el efecto visual y surjan, como si se tratara de fuegos artificiales, nuevas interpretaciones.
El libro, bello y bien cuidado, requiere de calma y paciencia. No puede descubrirse en una lectura apresurada, aunque la recompensa durará para siempre.

martes, julio 08, 2014



La isla de Susú 
Antonio G. Iturbe - Alex Omist,
Edebé, 2014.




 La isla de Susú es uno de esos libros frescos, ágiles aunque repletos de referencias literarias. Leyendo las aventuras de esta niña obstinada que es Susú uno tiene la impresión de estar ante una Pippi Langstrump, aunque más socializada, puesto que Susú se deja aconsejar y sus aventuras no son tan locas como las de Pippi.

Susú llega a la Isla Marabú con la intención de iniciar un proyecto muy ambicioso como es el de cultivar un jardín acuático. Llega acompañada de su loro, Tío Rufus, quien se muestra malhumorado y siempre dispuesto a pronunciar la misma frase: ¡Completamente equivocado! (unas veces tiene razón y otras no, todo hay que decirlo). No obstante, Susú no rompe con su vida pasada, ya que mantiene mucho contacto con sus padres por carta y los echa de menos. Ahora bien, sí se podría decir que es una especie de Robinson Crusoe a la hora de iniciar una nueva vida.

El capitán que la lleva a la isla le advierte que Marabú es un lugar habitado por seres muy especiales, a los que califica de “locos”. Susú no le hace caso y va aprendiendo de su propia experiencia. Así, conoce a la señora Pomponius, quien dirige el único hotel de la isla y tiene una curiosa afición por la gastronomía. Se encuentra con Maui, uno de los hijos de la familia Karité, con quien tiene una mala experiencia inicial ya que piensa que quiere comérsela. En ese momento, Susú se deja llevar de los prejuicios y observa que Maui va ataviado con un “taparrabos y varios tatuajes”. Gracias al farero, el señor Zin, aprende a no juzgar por las apariencias y Maui se convierte en uno de sus mejores amigos. Susú demuestra que, aunque existan diferencias culturales o raciales, es posible la amistad; es más, ella acaba aprendiendo de la generosidad de la familia de Maui.

El señor Zin es quizá uno de los mejores personajes del relato. De origen oriental, el anciano Zin aporta la nota de filosofía zen y, con sus palabras y reflexiones, muy alejadas de la prisa y del tener, va calando en el ánimo de Susú. En este momento, es cuando encontramos guiños a El principito. Concretamente, en el episodio del árbol. Susú quiere cortar un árbol que estorba y le impide salir de casa, pero Zen le hace ver el error que eso supone y Susú entiende que es “su árbol” y establece con él una relación especial, como el principito y la rosa.

El último habitante de la isla es almirante Doblón, un pirata usurero y ambicioso, que se pasa la vida corriendo y tratando de aumentar sus caudales.

Susú, rodeada por estos personajes, va iniciando su labor. Al principio le cuesta, tiene que superar obstáculos, pero acaba empleando el ingenio, la observación y la paciencia para lograr cultivar un jardín bajo del mar –y alimentarse de forma sana-, a la vez que se hace amiga de los habitantes de la isla.

Susú tiene una forma de hablar muy alegre, es una niña directa, franca, no se anda con rodeos y maneja la palabra “jopeta” con frecuencia. Es una niña que aprende rápido y que descubre que las cosas no se miden por su valor material, sino por otro valor mucho más profundo.

En su primera aventura titulada “Un jardín en el fondo del mar”, se describe cómo es la isla, los personajes y los primeros momentos de Susú en la misma, así como los obstáculos que tiene que superar. En la segunda aventura, publicada hasta la fecha, “¡Silencio, se rueda!”, se produce un choque de culturas por así decirlo, ya que a la isla llegan un grupo de personas con la pretensión de rodar un anuncio publicitario. Se producen malos entendidos graciosos y Susú está al punto de sucumbir ante el brillo de la fama. No obstante, la serenidad del señor Zin y el ejemplo de Maui la retornan a la sensatez.

Antonio G. Iturbe es el autor de esta serie destinada a los lectores a partir de ocho años y que presenta un formato muy atractivo. Son libros con tapa dura, fácilmente manejables, organizados en breves capítulos y con una tipografía que resalta aquellas frases, nombres o términos especiales para que el lector se mantenga atento.

 Las ilustraciones de Alex Omist son un ingrediente crucial puesto que no solo presentan a Susú y a sus nuevos conocidos, sino que se recrean en los detalles, en el paisaje, en el color del cielo, en la vegetación y los animales (terrestres y acuáticos). Las ilustraciones de Alex Omist se intregran perfectamente en el texto y resaltan la luz, la alegría y la ternura de La Isla de Susú.

En suma, una lectura más que recomendable en estas vacaciones.


Publicada en Pizca de Papel

lunes, julio 07, 2014







Volverán a por mí,
Hatero & Lahoz
La Galera, 2012.

Volverán a por mí, Premio La Galera Jóvenes Lectores 2011, es una novela que combina distintos registros. Por un lado, parte de un argumento conocido, como es del joven rebelde que es internado en una especie de reformatorio para ver si se endereza; pero también nos sorprende con un análisis psicológico de algunos de los personajes principales (Iris, Greco...) y con la inclusión de elementos mitológicos que demuestran que, en nuestra tradición cultural, tenemos tantas posibilidades para recrear historias misteriosas e, incluso de terror, que no es necesario acudir a otro tipo de monstruos.
Volverán a por mí es una historia ambientada en la época actual, aunque recrea un ambiente más propio de las novelas góticas puesto que la Academia Fénix, su edificio y la propia directora, son elementos de otra época, que hacen que la fantasía se dispare y aparezca el miedo.
Greco, Iris, Giulietta y otros jóvenes están en la Academia Fénix por distintos motivos, aunque los progenitores no quedan muy bien parados ya que más parece una venganza personal de los padres que un deseo de que estos chicos y chicas repaciten y mejoren su conducta. De hecho, los lectores acabarán admirando los hechos que los han llevado a la Academia y rechazando todo lo que huela a moralina, a sermón trasnochado.
En la Academia suceden hechos muy extraños y se dan transformaciones en algunos de los represaliados que son llevados a la torre y cuando llegan no parecen ellos. ¿No lo parecen? ¿O es qué no lo son? Además, la directora muestra unas inclinaciones sospechosas y el trato hacia los internos no es simplemente duro, sino cruel. De ahí, que los tres jóvenes protagonistas se alíen para intentar huir y lo que acaban haciendo es destapar la caja de los truenos.
En el libro se mezclan distintas voces narrativas, la primera persona, la tercera e, incluso, se acude al diario de uno de los jóvenes internos en los años 40, quien, con su documento, demuestra que la Academia lleva más años de los que parece y que la Directora, extrañamente, parece ser la misma.
Volverán a por mí está escrito por Josan Hatero y Use Lahoz, quienes han hermanado a la perfección sus estilos personales. La novela presenta un final abierto, inquietante y se lee con prisa, a veces con rabia, con sospecha, con miedo y con creciente interés.
Puede gustar o no el género, puede parecer manido el inicio, pero la novela mantiene el suspense y combina a la perfección el plano real con el terrorífico. La narración, en suma, mantiene un ritmo trepidante y el joven lector, con mucha seguridad, no se levantará del asiento hasta que acabe la lectura y entonces... querrá más.