martes, mayo 14, 2013



La pequeña coral de la señorita Collignon, Lluís Prats, Casals: 2012


“La pequeña coral de la señorita Collignon” es una narración emocionante. Un narrador cómplice, en segunda persona, va desgranando la historia. La señorita Collignon es una maestra a punto de jubilarse, que trabaja en una Escuela de la parte alta de Barcelona. Arrastra un pasado emocional complicado, ya que no ha superado una historia de amor con un músico, que, en la actualidad, es famoso. La señorira Collignon, francesa de origen, vive en Barcelona por si el amor de su vida regresa.
La existencia de esta maestra de música y francés parece rutinaria, aunque ella es feliz a su manera. Hasta que un día, el inspector decide enviarla a un colegio conflictivo del Raval y allí empieza la verdadera narración. La señorita Collignon, cargada de cariño, de justicia, de respecto, aprende a valorar a sus nuevos alumnos. Su clase está formada por distintas nacionalidad y cada uno presenta una problemática distinta; tanto es así que la propia maestra se siente en la obligación moral de intervenir para tratar de ayudar a estos niños y niñas que se portan mal porque, de alguna manera, han de llamar la atención.
Esta maestra menuda y aparentemente frágil decide montar una coral y se empeña con tal ahínco que sus pequeños niños aprenden, día a día, a respetarse y a valorarse, a la vez que ganan en autoestima. Ahora bien, el corazón de la señorita es débil y ha de ser hospitalizada. En ese momento, todo se precipita hacia el clímax final.
Los niños, obstinados y firmes, organizan un concierto emotivo que nadie olvidará nunca y lograr implicar a distintas personalidades de la música y a todo su entorno cercano. Incluso, el músico por el que suspiraba la señorita se brinda tocar el piano. El concierto es sublime, aunque, por desgracia, es el último que escuché la señorita Collignon, aunque el más importante.
La amistad, el cariño, la responsabilidad, la empatía son temas muy importantes en la novela, en la que también aparecen críticas al sistema educativo que se fija más en el rendimiento material que en el emocional. Es una novela sutil, con un final que podría ser triste, aunque el narrador tiene la habilidad de proyectarlo hacia el futuro para que entendamos que esa Coral de una escuela del Raval acaba triunfando.
“La pequeña coral de la señorita Collignon” es un texto claro y diáfano, que apela directamente a los sentimientos y que demuestra que es cierto eso de que “la influencia de un buen maestro tiende al inifinito”.
Un relato destinado a los niños que conmoverá a los adultos, sin duda. Y lo que es mejor: nos hará reflexionar acerca de los prejuicios sociales en los que, por desgracia, tantas veces nos escudamos.

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