viernes, mayo 25, 2012


Toti Martínez de Lezea,
Alfaguara, 2011.


Toti Martínez de Lezea, una de las maestras de la novela histórica en lengua española, nos aproxima al género de misterio destinado a los jóvenes con esta novela, Muerte en El Priorato.
Iker es un joven de 14 años, al que le gusta más soñar que estudiar. Nunca llega puntual a clase y eso, unido a otros elementos, hace que suspenda la asignatura de Cultura clásica. De ahí que su verano no vaya a ser, en principio, ninguna maravilla. Sus padres insisten en que llevárselo a una casa rural en La Rioja, el Priorato, lo cual acaba de hundir a Iker quien no es, precisamente, un chico de campo, sino más bien un urbanita. Ahora bien, en ese caserón, poco a poco, cambiará de opinión. No solo acaba haciéndose muy amigo de los hijos de los dueños, Sara, de su edad, y Aleix, un par de años menor, sino que encabeza una especie de investigación policial en torno a la muerte de una de las huéspedes de la casa rural, doña Rosalía. Iker y sus amigos barajan múltiples posibilidades e imaginan que ha sido un crimen, dado el misterio que parece envolver a otros huéspedes y a la propia abuela de Sara y Aleix.
La novela es emocionante para el joven lector porque va introduciéndolo, poco a poco, en la trama y, a la vez, no pierde de vista ni las emociones de Iker ni su vida cotidiana. Sus padres, por ejemplo, en especial su madre son muy protectores, extremadamente protectores y asfixian a menudo al muchacho. Por si fuera poco, el profesor que lo ha suspendido, don Ismael, también se aloja en el Priorato.
La novela está ambientada en la geografía española, entre Vitoria y La Rioja y alude a entornos fácilmente reconocibles, lo cual es un aliciente más para el lector.
Muerte en el Priorato se estructura en torno a 25 capítulos que van desgranando esos días de verano en los que el misterio parecía estar servido. Las vacaciones aburridas se transforman en unos días en los que todo podría ser posible, desde un crimen pasional hasta la presencia de un fantasma o el complot de unos huéspedes. Finalmente, cuando Iker ya ha vuelto a su casa, tras hacerse un esguince, la propia Sara, de quien no llegó a despedirse, le cuenta el resto de la historia que no se parecía en nada a la que ellos habían imaginado.
El relato juega es un buen ejercicio metaliterario puesto que, al final, descubrimos que es la propia novela de Iker, quien la escribió para no olvidar esos días. La novela acaba en manos de su tía y, de ahí va a otras manos, y, finalmente, es premiada. Por otro lado, Iker acaba aprobando la asignatura y pensando que no está tan mal eso de la Cultura clásica.
Muerte en el Priorato habla de las falsas apariencias, de las conjeturas erróneas, pero también del respeto hacia los demás, de la evolución de las personas y del crecimiento personal que cualquier persona, con independencia de la edad, ha de seguir. Lidia es la abuela de Sara y Aleix, pero no es una abuela al uso, como descubrirá el lector y el propio Iker. Doña Rosalía no fue asesinada, sino de enfermedad, aunque sí tenía un secreto de juventud que quería guardar.
En definitiva, una novela escrita con buen pulso, emocionante y que gustará mucho a los lectores desde 12 años en adelante y, por supuesto, a los adultos.

domingo, mayo 20, 2012



La Ilíada, Homero
Adaptación de Jesús Cortés.
Alzira, Algar, Calcetín, 69, 2012.


A menudo hay grandes historias en la literatura, de las que todos hablan, pero que pocos han leído. Eso le sucede a la Ilíada, que es un clásico de clásicos y que no siempre quien habla o alude a alguno de sus versos sabe muy bien dónde situarlos porque se limita a recoger un tópico. Pues bien, si este libro, como tantos otros, se ofreciera, a su tiempo, a nuestros jóvenes, con seguridad, aprenderían a gozar de los clásicos y entenderían el porqué de su vigencia.
Jesús Cortés ha realizado, para Algar, una adaptación de La Ilíada muy recomendable para los jóvenes que, por ejemplo, cursan primer ciclo de la ESO. Es un muy buen momento para internarse en las andanzas de Aquiles, aunque la dificultad del texto original, quizá se lo impidiera. Pues bien, esta versión en prosa del clásico de Homero tiene varias virtudes. La principal es que refleja muy bien el original aunque sabe cómo presentarlo desde una óptica actual. Se trata de crear lectores, sin duda. Los personajes que todos conocemos, Héctor, Príamo, Agamenón, Ulises y el propio Aquiles aparecen muy humanizados. Los diálogos son realistas y recogen la tensión psicológica de la guerra de Troya.
Destaca la recreación del combate entre Héctor y Aquiles y, sobre todo, el diálogo entre estos dos héroes y la rabia de Aquiles por la muerte de su amigo que trata de canalizar mediante la venganza, aunque la venganza siempre es amarga y acaba cediendo ante la ancianidad de Príamo quien quiere enterrar a su hijo como se merece.
El destino, los dioses, las batallas… forman parte de este canto épico universal que, en esta ocasión, insistimos, sin prescindir de estos aspectos más sublimes, más homéricos, sí hace hincapié en el elemento humano, en las dudas, las quimeras, los miedos y los duelos de las personas que, sí, eran héroes, pero también seres frágiles de carne y hueso.
Esta adaptación de La Ilíada se divide en XIX capítulos que desgranan los principales hechos de la peripecia troyana. Jesús Cortés emplea un registro lingüístico cuidado, pero fácil y asequible al lector al que va destinado. Ahora bien, también los lectores adultos que no conozcan el texto original y quieran empezar a gustarlo pueden acudir a esta buena versión de La Ilíada.



El amor, la amistad, la piedad filial, la grandeza de espíritu… son valores que no pueden pasar de moda. Estos y muchos más son los elementos que hacen de esta obra un clásico actual. ¿Por qué prescindir de él?
La hormiga Miga en la biblioteca (La formiga Piga va a la biblioteca),
Emili Teixidor,
Madrid, SM, El Barco de Vapor, 218, 2012.



Han pasado 15 años desde que Emili Teixidor diera a conocer a uno de sus personajes infantiles más emblemáticos, la hormiga Miga o la “formiga Piga”. El primer título fue la amiga más amiga de la hormiga Miga (La formiga més amiga de la formiga Piga). Esta hormiga tan simpática, curiosa y observadora ha acompañado a los niños que hoy son adolescentes en su crecimiento y sigue haciéndolo con las nuevas generaciones.
El último título de la serie es La hormiga Miga en la biblioteca (La formiga Piga va a la biblioteca). En esta ocasión Miga recibe el encargo de la reina, quien se recupera de una enfermedad, para que vaya a la biblioteca y le consiga unos cuantos libros para entretenerse durante la convalecencia. La lechuza andaluza, la bibliotecaria, no solo le propone algunos títulos, sino que nos pasea, a Miga y a los pequeños lectores, a través de las grandes obras de la literatura de todos los tiempos.
Desde La Ilíada, La Odisea o La Eneida, pasando por La Biblia, El Cantar de Mio Cid, la Chanson de Roland,  El Quijote o Tirant lo Blanc, hasta La metamorfosis, La isla del tesoro o Robinson Crusoe. Pero no se conforma con eso, no, sino que también da alguna pincelada de poesía, con García Lorca, Salvador Espriu y Miguel Hernández e, incluso, recoge las propias vivencias de la bibliotecaria quien archiva en su mente y en su imaginación momentos gloriosos de todas sus lecturas, de los cuentos de hadas, de Platero y yo e, incluso, de Alicia en el País de las Maravillas.
Emili Teixidor no se limita a ofrecer una lista de títulos, sino que los adorna con comentarios sencillos, pero muy certeros y bien estructurados en torno a los argumentos o a las particularidades de cada uno de los libros. De esta manera, el lector se va dejando seducir por nombres, por obras, por personajes que, gracias a Miga, van pasando a formar parte de sus conocimientos, de su saber, de su incipiente cultura.
La hormiga Miga en la biblioteca se destina a los lectores a partir de 8 años, pero pensamos que no estaría de más que lo leyeran los alumnos del primer ciclo de ESO quienes, por desgracia, a causa de los distintos programas educativos, no siempre pueden disfrutar de la buena literatura. Teixidor sabe mucho de los clásicos y sabe que son siempre actuales, de ahí que escoja a uno de sus personajes más conocidos, Miga, para que los introduzca porque lo clásico y lo infantil no tienen por qué llevarse mal, al contrario.
Gabriela Rubio ilustra en libro y escoge un tipo de dibujos en blanco y negro que recrean muy bien el espacio de la biblioteca, así como ciertas portadas y personajes. Es también una invitación para que el lector se atreva a cruzar la puerta de los clásicos y… los lea.

Jordi Sierra i Fabra,
SM, El Barco de Vapor, 158. 2012.



¿Puede existir el amor entre seres de distinta especie? ¿Por qué no? Jordi Sierra i Fabra, a quien le gusta viajar y entrar en contacto con las personas más auténticas porque quiere entenderse mejor a sí mismo y a los demás, pasó, hacia una década, una temporada en Samoa y se impregnó tanto de la cultura y la magia de esa isla de la Polinesia que fue capaz, él mismo, ¿cómo no?, de contar a los propios nativos, quienes se quedaron asombrados, este relato que hoy comentamos, La princesa y el rey pez.
Bayir era el rey de los peces por su belleza, por sus colores, por su tamaño y por su especial manera de ser. Bayir era el pez más hermoso de cuantos pueblan el mar. Procuraba alejarse de los seres de dos piernas, porque sabía que podrían pescarlo, pero era curioso y los observaba de lejos hasta que un día conoció a la niña más maravillosa de cuantas nadie pudiera imaginar, Seleine. El pez se enamoró de la niña y la quiso para él solo, la raptó y se le llevó al fondo del mar. No la trataba mal, pero la niña se sentía prisionera y ansiaba la libertad. Cuando consiguió escapar, Bayir se descuidó y fue aprisionado por los hombres del poblado de Seleine, quien lo salvó de una muerte segura, pero acabó en una laguna, languideciendo por falta de libertad. Y entendió, solo entonces, el punto de vista de Seleine. La niña, que ya era una joven, lo liberó y lo devolvió al mar y, ambos seres, hicieron un pacto. Nunca más ninguno poseería al otro, porque solo así triunfa el amor. Seleiene y Bayir se siguieron amando hasta el final de sus días. A su muerte, surgió la leyenda… y este relato.
La princesa y el pez es un relato estructurado en 15 capítulos que narra una historia sencilla y conmovedora, ya que este amor entre pez y humana pudiera parecer propio de los cuentos de hadas, de los sueños y la magia. Jordi Sierra i Fabra hace que el lector supere las diferencias entre ambas criaturas y las vea como seres vivos que, simplemente, se aman. Destacan los diálogos entre Bayir y Seleine y la evolución psicológica que muestran. Seleine no es rencorosa y, aunque tiene la oportunidad de vengarse, no lo hace porque descubre que ella también ama al pez. Bayir no entiende la nostalgia de la niña, hasta que él mismo ha de pasar por un trance similar.
Las ilustraciones de Conrad Roset recogen pequeños momentos, fragmentos del relato, como si fueran pedacitos de un caleidoscopio que permiten al lector intuir, imaginar, fabular y, sobre todo, sentir.
El relato nos habla del amor, pero también de la libertad personal y de la capacidad de elección que cada uno ha de tener, sin trabas ni cortapisas; pero también alude al perdón, a la tristeza, a la nostalgia y, sobre todo, a la maravillosa aventura que supone enamorarse y, al fin, sentirse correspondido.
La princesa y el rey pez va destinado a lectores desde 7 años, pero, en esta caso, la franja de edad es solo una anécdota, como ocurre con los buenos relatos, porque cualquier lector sensible y con un mínimo de imaginación disfrutará de esta preciosa historia.

viernes, mayo 18, 2012


Concha López Narváez,
Anaya, 2012.


La figura de García Lorca, con sus claros y oscuros, siempre es vigente. Su vida y sus versos pueden interesar a todo tipo de lectores, si se sabe adecuar el formato. Así lo hace la escritora sevillana Concha López Narváez en Mi primer libro sobre Lorca. La autora, de manera sencilla, pero llena de ritmo y sensibilidad, acerca a los más pequeños, a partir de 5 años, la parte más humana del poeta universal. De Federico dice que tenía un sueño, que era cambiar el mundo con la cultura y la inteligencia. Habla de sus dotes musicales, de su familia, del deseo que siempre tuvo de seguir siendo niño. No deja de mencionar sus primeros juegos, una de sus amigas más especiales y toda una serie de aspectos luminosos, muy claros y precisos que, poco a poco, van calando en los niños. De momento no ahonda en aspectos dramáticos, tiempo habrá, ni alude a títulos, pero sí reproduce algunos poemas, algunos versos, quizá los más cercanos a los niños, quizá los que más le gustan a la autora.
El texto se presenta en formato álbum y va destinado, como se ha dicho ya, a los más pequeños, pero también es un buen texto inaugural para introducir en otras edades quién fue García Lorca y qué ideas o sentimientos tuvo. Después, se podrán leer otros poemas y se podrán acudir a otras biografías, pero la que realiza Concha López Narváez tiene ese genio especial que solo manejan las personas muy intuitivas y muy implicadas con lo que escriben. No hay duda de que la escritora admira a García Lorca y sabe transmitir, en forma de breve relato, lo más granado de su persona.
Mi primer libro sobre Lorca está ilustrado por Goyo Rodríguez. De estas ilustraciones destaca el colorido y, sobre todo, la mirada de los personajes, una mirada limpia, transparente, infantil… como la que tendría García Lorca, el niño hombre que tuvo que crecer.
Las palabras que envuelven las cadencias lorquianas están teñidas, de alguna manera, por el estribillo “verde que te quiero verde”, tan importante en la vida de Concha López Narváez, como ella misma nos dice, al principio y al final del texto, ya que se estructura de una manera cíclica. Son, por supuesto, palabras “verdes”, muy cercanas a los orígenes, a la tierra, a los juegos, a la música… palabras que hablan de Lorca cuando todo era posible. Todo parecía posible aún.

jueves, mayo 17, 2012

Concha López Narváez,
Anaya, 2011, El Duende Verde, 173.



La lagartija de ojos rojos está convencida de que es un ser repulsivo por esa especial característica y porque se siente rechazada por los demás. Ahora bien, gracias a un lagartijo, igual que ella, coge confianza en sí misma y empieza la aventura de su vida. Al fin, descubre que no es un monstruo y que merece ser querida. No solo supera sus miedos, sino que forma una familia de lagartijas pequeñas de ojos rojos y, como están en mayoría, es la lagartija de ojos negros la que se siente mal.
Sí, soy una lagartija, de Concha López Narváez, e ilustrada por Rafael Salmerón, es un texto destinado a los niños desde 6 años, que nos habla de la tolerancia y el respeto hacia las diferencias de los demás. En este caso, la lagartija de ojos rojos acepta a la de ojos negros y la hace sentir especial y querida, porque, al aceptar esa diferencia, está afirmando la igualdad entre todos.
¿Qué importa el color de los ojos? Solo importa que se sienten a gusto juntos  y son felices. Culmina la historia con la boda de dos lagartijas, una con los ojos rojos y otra con los ojos negros. De esa unión nacerán distintas criaturas, una más especial de las demás, con un ojo de cada color, pero, al fin, a nadie va a importar, porque ni él mismo es consciente de esa particularidad, ni los demás “se han dado cuenta”.
Concha López Narváez escribe una historia repleta de valores en la que muestra, de una forma sencilla y, a la vez, metafórica, a los más pequeños la importancia de aceptarse y aceptar a los demás. Todos los niños, como las lagartijas, tienen derecho a jugar juntos, sin barreras sociales ni raciales; todos los niños, como las lagartijas, tienen derecho a ser felices. Y eso lo sabe bien la autora cuando, en las palabras preliminares, pide a los lectores que sean empáticos con la lagartija y la ayuden a perder el miedo. Gracias a la amistad lo logrará: “… nosotros estaremos contigo y, pase lo que pase, no vamos a abandonarte”.
Las ilustraciones de Rafael Salmerón muestran la alegría de vivir de las lagartijas y las acompaña, de una manera divertida y tierna, en toda su evolución.
Sí, soy una lagartija, es una afirmación que contiene esperanza y confianza en la propia identidad. Una buena historia para los primeros lectores, sin duda.



martes, mayo 15, 2012

Algar, 2012, Calcetín Amarillo, 73.


El café de don Cruz, un bibliotecario muy particular, se queda frío ante tanto trajín. Y es que la aventura que se narra en Tras los pasos del zapato no es para menos. Don Cruz es un señor ya mayor, muy despistado, que vive por y para la biblioteca. A veces se confunde y otras abre en domingo, pero siempre son pequeños lapsus hasta que pierde un zapato y su reloj. Este hecho provoca situaciones muy divertidas, llenas de ingenio y una pizca surrealistas. Cleo le ayuda a resolver el enigma, aunque más bien lo embrolla un poco más. Cleo es un ratón, pero no un ratón cualquiera, sino un verdadero ratón de biblioteca, que se pasa las noches leyendo y que sabe todo lo que está en los libros. Además es muy buen amigo del bibliotecario. Cleo, por otro lado, siempre consigue emparentarse con los personajes de los relatos que lee, de ahí que, en los momentos en que sucede el relato, se sienta descendientes del célebre Ratón Holmes.
Tras los pasos del zapato es una historia fresca y alegre, en la que su autor, Javier Fonseca, ha querido rendir un tributo a los bibliotecarios y a las bibliotecas. Para ello ha escogido a dos personajes especiales, el viejo bibliotecario y un ratón de biblioteca humanizado, aunque no son los únicos. La pequeña Alejandra es una de las asiduas de la biblioteca y se la describe como una niña muy observadora. El abogado orondo y ostentoso es el contrapunto, ya que se trata de un personaje grotesco, que se da mucha importancia y que cree que hay que ir siempre deprisa para lograr ser alguien. Excelente metáfora de la vida actual la que emplea Javier Fonseca.
El relato se estructura en torno a 9 breves capítulos y va recogiendo, como si fuera una novela de suspense, todos los pasos que llevan a Don Cruz y a Cleo a recuperar el zapato perdido. Laura Chicote ilustra el libro y corrobora la percepción que el lector tiene de los personajes, a los que dota de una especial ternura.
Tras los pasos del zapato va destinado a los lectores a partir de 8 años y es un relato vitalista, que combina la realidad con situaciones disparatadas y que apela, en todo momento, a la imaginación del lector… y también a su sentido del humor.

Ilustraciones Page Tsou
Madrid, SM, 2012.



El amor nunca pasará de moda porque es un sentimiento innato al ser humano. Ahora bien, en esta época de corazas que nos insensibiliza ante los sufrimientos ajenos, no está de más que se recuerde el mensaje que se recoge en esta adaptación de “El soldado de plomo”, realizada por Julia San Miguel.
El clásico de Andersen está recreado a través de la mirada de Page Tsou, un artista joven, muy alejado de la cultura del autor danés y, que sin embargo, ha captado con asombrosa plasticidad los momentos más emocionantes de esta historia.
Page Tsou, el ilustrador taiwanés que acaba de ganar del II premio Internacional de Ilustración Feria de Bolinia-Fundación SM con este trabajo, nos evoca, con trazos muy influidos por la pintura tradicional china de tinta y el cómic japonés, el episodio en que un soldado de plomo tuvo que enfrentarse a sus propios miedos para superar la adversidad.
El soldado es distinto a los demás porque está cojo y su única preocupación es demostrar su valentía frente a sus compañeros de batalla. Ahora bien, como ya sabemos se enamora de una bailarina ha de aprenden a luchar por este amor. Es entonces cuando, de verdad, el soldado se muestra más fuerte y aguerrido, porque tiene un objetivo importante y porque, al fin, no habrá ninguna guerra que los separe.
El mensaje de esta recreación es claramente pacifista y ayudará a los más pequeños, ya que el libro se destina a niños a partir de 7 años, a que observen que la valentía y el coraje pueden desarrollarse en la vida cotidiana, que no hacen falta guerras ni aventuras extremas para que una persona sea valorado y, por supuesto, sea feliz.
Las ilustraciones son, sin duda, excelentes. Page Tsou acude a los tonos sobrios para retratar el mundo que rodea al soldado. Son imágenes amplias, hermosas y rotundas que recogen todos los detalles posibles, desde un cactus hasta las vendas de los soldados o los peces amenazadores que, finalmente, sucumben al anzuelo. La ambientación se inspira en los primeros años del S. XX, en la época de la primera guerra mundial o de entreguerras.
Los soldados hacen su trabajo sin preguntarse por qué, en cambio el soldado cojo, el disidente, anhela llegar a la bailarina y solo piensa en cómo burlar la vigilancia a la que está sometida por parte del muñeco siniestro. Es una lucha desigual, un soldado tullido frente a un muñeco de cartón que se cree el dueño de la bailarina. Es una lucha desigual de la que, tras una primera derrota, sale victorioso el soldado y, por supuesto, reforzado en su autoestima y en sus ideales.
El soldado de plomo, en suma, es una obra de arte que acompañará a los lectores a lo largo de su evolución porque en cada momento, seguro, descubrirán un nuevo elemento, una nueva escena. Un festín para la vista y un mensaje noble para el alma.

viernes, mayo 11, 2012


Agua, arroz y maíz, de Berta Piñán.

En clase, con 1 de ESO C, en el INS Jaume I hemos trabajado la poesía y una de las actividades fue escribir poemas. La inspiración partió del libro de Berta Piñán. Aquí algunos ejemplos, entre haikus y poemas variados.
 

Qué distinto el otoño                      
Para mí que voy
Para ti que quedas.

           
Sobre las hojas verdes
Que cubren la montaña
El sol pasea.

(Iris)

En un mundo completamente diferente,
Donde los niños trabajan
Y los padres duermen,
Hay niños pobres.

No puedo ayudar,
Pero si apoyar
Así que lo hacemos todos juntos
Rezando para que ocurra un milagro.

(Iris)

Hoy llega la primavera, mañana llega verano,
pasado llega otoño y el otro llega el invierno.
Siempre pasa lo mismo, aunque cada día es diferente.
Un día fui a hacer un muñeco de nieve,
Y al día siguiente, había desparecido,
y las flores habían crecido.
Un día fui a la playa, pero al día siguiente
las hojas caían.
Un día me levantaré y estará todo mezclado,
así podré jugar con todo a la vez.

(Ariadna)

El mar tiene su talento propio,
Junto al viento forma
Una canción,
Y ese canto de armonía
llena de alegría
mi corazón

(Gemma)


Agua y arroz,
Se despierta el amor
y la flor.

(Isaac)

La vida del aire,
del cordón que nos enredo a la madre,
la vida sencilla, ilógica entre detalles,
la vida misma que nos convierte en valientes y cobardes.
Estamos ahora,
comprometidos a describirla,
estamos rodeados de la misma energía,
y al aprovecharla su fin se demora.

(Isaac)


Buscando por el mundo
Sin saber donde voló
La estrella de mi corazón.

 (Neus)

Yo vivo en una ciudad.
No un pueblo, una ciudad.
En las ciudades del norte hay bondad.
En las ciudades del sur tienen mucha agilidad.
¿En que ciudad vivirías?
Mejor en un pueblo vivirás.


(Neus)

jueves, mayo 03, 2012

Rocío Carmona,
La Galera, 2011.


La gramática del amor es una novela que podríamos calificar de iniciática, aunque eso sería ceñirla a un solo género, cuando ahonda en varios registros tanto literarios como musicales o estéticos.
Rocío Carmona, la cantante de “Nikosia”, irrumpe en la literatura juvenil con este relato protagonizado por Irene, una joven adolescente que, tras la separación de sus padres, va a un internado inglés, en Cornualles, y allí sucumbe ante el paisaje, salvaje y espectacular, pero también ante el amor, su primer amor, que la deja maltrecha. No obstante, La gramática del amor, ilustrada por Meritxell Ribas,  no es tampoco la historia de unos amores contrariados en plena adolescencia, si solo nos narrara ese aspecto podría ser un buen relato, quizás, pero tal vez no pasaría de ser un relato más. Ahora bien, la gracia de la autora es que es capaz de conjugar el punto de vista adolescente con el literario, como veremos a continuación.
Peter Hugues, el profesor de gramática del internado, que tiene fama de hueso y al que apodan Byron se toma muy en serio el desengaño de Irene y le propone un antídoto genial. Durante siete semanas, cada miércoles, deberá haber leído un libro, que el propio profesor le propone, y reflexionar con el propio Hugues acerca del mismo. Ésa es la particular asignatura que cursará Irene ese año, “la gramática del amor”, título que, sin duda, se debe a una de las canciones del grupo, al que pertenece la autora, “The grammar of love”.
Los libros escogidos y que permiten a Irene una reflexión profunda acerca de las huellas del amor y del desamor son títulos clásicos, algunos, y emblemáticos la mayoría: Al sur de la frontera, al oeste del sol, de Haruki Murakami; Orgullo y prejuicio, de Jane Austen: Carta de una desconocida, de Stefan Sweig; Ana Karenina, de Tolstoi; El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez; Jane Eyre, de Charlotte Brönte, y Las penas del joven Werther, de Goethe. Irene los lee en ejemplares que extrae de la biblioteca y que aparecen anotados por otras dos personas. Estas anotaciones son también importantes en la historia, como el lector sabrá deducir.
Hay otro requisito que el profesor le impone a Irene y es que se entrene para participar en una competición de atletismo que se celebra en la zona cada año. A Irene se le da muy bien correr y, gracias a otro interno, Marcelo, logra su meta.
La gramática del amor se estructura en 37 capítulos que van marcando, como en una sinfonía, la evolución personal de Irene, su progresiva maduración y cómo, al principio, se siente atraída por el profesor, del que conoce su dramático pasado. El profesor viene a ser una especie de guía que le abre los ojos al mundo de los sentimientos, pero no es el destino sentimental de la joven. Eso lo descubrirá el lector también.
Amor, música, gastronomía, atletismo, celos, humor, ironía, reflexión, amistad, paisaje… son algunos de los temas que Rocío Carmona entremezcla, con habilidad, en su primera novela.
La gramática del amor no dejará indiferente al lector. Es más, le abrirá nuevas puertas para que siga leyendo e internándose en esa asignatura que no todos aprueban, que es el amor y su especial “gramática”. Y es que, en definitiva, “El amor es el infierno donde te quedarías a pasar la eternidad”, como leemos en un momento del relato.